viernes, 1 de abril de 2011

¿Paz?

...sí, parece que siento eso. Perdón que no comience con mayúsculas, como es debido. Pero esta insólita novedad me dejó "hibernando" por trece días y no puedo expresarlo de otra forma. Parece que fue ayer... Mejor dicho, me recuerda a cuando me tiro a dormir con un sueño muy pesado y despierto de golpe, pero no mal. Abro mis ojos pegajosos y miro a mi alrededor, como para comprobar que estoy en mi casa y no en un arrozal vietnamita.

Valeria... ese nombre me resulta familiar y no recuerdo de dónde. Sí, es un sarcasmo. Obvio que sé de quién se trata; como para olvidarla... Es la chica que conocí el año pasado, la misma que agregué a mi Facebook más tarde y que se convirtió en mi confidente en noviembre.

*Pausa*

¡¿Es necesario que me lo reprochen otra vez?! Ya sé que uno nunca debe hacerse amigo de la mujer que ama porque ésta sólo lo tratará como tal y perderá toda chance de conseguir algo más, aunque sea un polvo. Pero acá todo empezó así, qué voy a hacerle...

*Continuación*

Sigo. Es la chica de la cual me enamoré en enero y me rechazó a fines del mismo; la que me tuvo en vilo durante todo febrero, la que después comenzó a ignorarme sin perder la buena onda ¿Suena raro? Sí, cuando hablamos lo hacemos como si nada hubiera pasado, pero se comunica cada vez menos conmigo. Abre el MSN y debo esperar, quizás en vano, que me hable ella primero. Antes era casi un ritual que ella comenzara la charla, pero ahora es casi utópico. O no tanto, quizás exagero.

Ahora que lo menciono, hace casi cuatro días que no se conecta a nada de nada... ni al Facebook, ni al MSN. Andá a saber, por ahí es porque empezó a estudiar. O porque está enojada conmigo. O porque está conociendo a un futuro novio... Podría mandarle un SMS, pero... ¿Qué estoy diciendo? ¡Si ella quiere saber algo de mí, que se mueva ella!

Tuve que hacer una breve introducción porque sino no iban a entender nada. Pero, pese a la aspereza del texto, no estoy mal. Al contrario. Agradezco a Dios que me dio algo de paz y, aunque sea transitoriamente, puedo disfrutar de la vida. Ayer, por ejemplo, fue un día intrascendente, casi aburrido. Pero doy un millón de dólares para que tenga mil jornadas más de chatura emocional y no sufrir como fue en casi todo enero. Lo que he puteado por verla con ese salame al lado... pero no porque fuera mal pibe, sino por boludo. Un flaco que no tenía ni creo que tenga idea de dónde está parado.

Pero ya fue. Eso queda para otro día. Ahora quiero relajarme, acomodarme e irme a la cama. Nooo, con nadie, ja ja... Conmigo mismo. Pero a diferencia de otras veces, ahora no me siento triste. Después de tanto dolor, tanto padecimiento, tanta injusticia, tantos días de comer y dormir mal, ahora estoy descansando.

Por eso me ausenté tanto tiempo. No tenía sentido que me pusiera a escribir cuando no había nada en mi cabeza. Un día, sin que me diera cuenta, empezó este relax, esta sensación de volver a empezar. Si en enero me decían que hoy iba a estar así, no le creía a nadie. Pero ya está, no importa. A disfrutar. Ya hubo bastante tiempo para sufrir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario